lunes, 18 de agosto de 2008

Me siento inútil, más que todos los días.
Me siento tan desgraciado como cuando dejé ir a la mitad de mi vida.
Sólo necesito fuerzas para seguir dando eso pasos que me pesan como mi propia soledad.
Por momentos me provoca estallar este maldito sentimiento, cada segundo intento no agachar mi cabeza para no ver esas baldosas de mierda que pintan mi realidad.
Estoy dispuesto a seguir contra el viento y marea, estoy dispuesto a alcanzar esa meta que no tengo. Pero es que me siento tan inútil. Intento no mirar el espejo para no verme esa cara de idiota que tengo. Por un momento escucho aquellas gotas y noto que están llenas de significados totalmente diferentes a estas lágrimas que ahoran me impiden ver toda esta montonera de palabras.

...Y seguiré así hasta el día en que llegue la partida...

A petición del primo Álvaro

Cierro mis ojos y sólo tengo tus recuerdos, recuerdos como cuando mirabamos aquel cielo gris, recuerdos como cuando salía esa sonrisa de tu boca y con sólo pronunciar una palabra era suficiente para transportarme a un mundo de mentiras, a un mundo fantástico, a un mundo que ya no podré tener.
Esta soledad punza cada una de las partes de mi corazón y lastima mi alma, mi espíritu. A veces creo que esta soledad es perfecta, pero cuando recuerdo que esxistes tu se me agudizan mis sentidos, esos sentidos que no volverán a escuchar un susurro de tu boca, una mirada intimidante, un beso con sabor a muerte, esa sonrisa que sólo la contemplo en mis amargos recuerdos.
Y de repente aparece su olor, ese olor espiritual, su decadencia en la mirada y una sonrisa mal vista. Su tradicional manera de caminar, su peculiar devenir de sus ojos, sus bolsillos vacíos de mal corazón, sus labios resecos por un viento de verano y una estupidez bastante sencilla.
Puede verse salir de su boca cada letra de una palabra, una palabra llena de sangre que mancha tu alma sin que te des cuenta; te la mancha con deseos de morir, de la misma manera como le temes a la vida. Su verdadera facilidad para tomarse una cerveza, fumarse un cigarro, tener sexo con su mundo imaginario y decir "NO" a la vaga literatura de gabo realmente lo hace perteneciente a ese mundo de mentiras.


Me sorprende la vida de ustedes los vivos,
estúpidos inconcientes de la mano del consumismo.
Me sorprende la vida de la vida.
Me sorprende el olor del miedo, de la venganza.
Me sorprende el sabor de la crueldad, del sinismo.
Me sorprende el reloj al revés, el mundo de cabeza.
Me sorprende la fuerza del espíritu, la escencia filosófica; shhhh...