lunes, 18 de agosto de 2008

Y de repente aparece su olor, ese olor espiritual, su decadencia en la mirada y una sonrisa mal vista. Su tradicional manera de caminar, su peculiar devenir de sus ojos, sus bolsillos vacíos de mal corazón, sus labios resecos por un viento de verano y una estupidez bastante sencilla.
Puede verse salir de su boca cada letra de una palabra, una palabra llena de sangre que mancha tu alma sin que te des cuenta; te la mancha con deseos de morir, de la misma manera como le temes a la vida. Su verdadera facilidad para tomarse una cerveza, fumarse un cigarro, tener sexo con su mundo imaginario y decir "NO" a la vaga literatura de gabo realmente lo hace perteneciente a ese mundo de mentiras.


Me sorprende la vida de ustedes los vivos,
estúpidos inconcientes de la mano del consumismo.
Me sorprende la vida de la vida.
Me sorprende el olor del miedo, de la venganza.
Me sorprende el sabor de la crueldad, del sinismo.
Me sorprende el reloj al revés, el mundo de cabeza.
Me sorprende la fuerza del espíritu, la escencia filosófica; shhhh...

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